¿Te gusta la fotografía de arquitectura?
En esta edición de los Phototips de Mario Rubio, exploramos la fotografía de arquitectura con Jesús Granada, descubriendo cómo capturar espacios con profundidad, narrativa y una mirada técnica precisa
¡Hola fotógrafo!
Llegó el Phototip de Mario Rubio ;-)
La fotografía de arquitectura suele estar en un segundo plano dentro del universo fotográfico. No tiene la espectacularidad de una vía láctea ni la emoción de un retrato espontáneo. Pero esta disciplina esconde una profundidad técnica y conceptual que la convierte en una forma única de contar historias. Y eso es justo lo que yo aprendí del profe de la Academia de Fotógrafos, D. Jesús Granada.
Jesús no solo es un fotógrafo de arquitectura de referencia, cuenta con 25 años de carrera, más de 40 países, unos 2000 reportajes hechos, más de 200 portadas en revistas y libros especializados…
Más allá de lo visual
Jesús comienza con una idea poderosa: la fotografía de arquitectura no es (solo) estética, es una herramienta documental. "El objetivo no es que digan ‘qué foto tan bonita’, sino ‘qué espacio tan bonito’", afirma. Esto redefine por completo el rol del fotógrafo: se convierte en un mediador entre la obra arquitectónica y el espectador.
Y ahí entra la paradoja: para destacar, el fotógrafo debe volverse invisible. La imagen debe ser tan clara, tan coherente con la intención del arquitecto, que desaparezca su autoría. Pero, al mismo tiempo, el estilo debe ser reconocible. Un equilibrio nada fácil.
Cuatro dimensiones para pensar la imagen
Jesús propone un enfoque que se aleja de la clásica regla de los tercios o de las proporciones áureas. Él invita a pensar en cuatro dimensiones: las tres espaciales y el tiempo.
X e Y (horizontal y vertical): fundamentales para el encuadre.
Z (profundidad): clave en la narrativa del espacio.
Tiempo: el movimiento, lo que ocurre en ese espacio, lo que cambia.
Fotografiar arquitectura, entonces, no es solo “disparar” un edificio. Es entender cómo se vive, cómo se recorre, cómo se transforma con la luz y la acción humana.
La importancia de observar
Granada insiste en algo que vale para cualquier rama de la fotografía: observar. Conocer el lugar, estudiar cómo está construido, cómo se ilumina, cómo se conecta con su entorno. Incluso, si es posible, tener nociones de historia de la arquitectura. No para convertirte en arquitecto, sino para poder hablar su idioma visual.
Un retratista con conocimientos de psicología puede captar mejor una emoción. Un fotógrafo de arquitectura, con formación en estilos y contextos, puede leer mejor un espacio.
Equipo sí, pero con cabeza
Sobre el equipo, Jesús es claro: no necesitas empezar con lo más caro del mercado. Con una réflex o mirrorless de formato completo, un angular medio (tipo 24mm) y un teleobjetivo (hasta 300mm) puedes hacer mucho. Eso sí, un buen trípode es imprescindible.
¿Y los objetivos descentrables (tilt-shift)? Son el siguiente nivel. No son imprescindibles para empezar, pero sí muy útiles para evitar distorsiones y jugar con la perspectiva como si estuvieras pintando con luz.
El storytelling arquitectónico
Jesús habla de narrar en fotos. Si tienes una casita en el campo, no te lances a hacer solo una imagen espectacular con el dron. Cuenta una historia: empieza con un plano general, sigue con una aproximación, termina con detalles. Piensa en secuencias. Piensa en cómo mirarías un cómic o una película. ¿Dónde empieza la historia? ¿Qué te interesa resaltar?
Porque en fotografía de arquitectura, la creatividad no está en los fuegos artificiales del filtro, sino en la estructura narrativa de tu reportaje.
Arquitectura sin luz
Jesús también explora lo que llama “la fotografía de arquitectura sin luz”. Ha empezado a trabajar con espeleólogos, explorando espacios subterráneos donde no entra ni un rayo de sol. La iluminación en estos casos se convierte en parte del mensaje. ¿Cómo se vive un espacio que nunca vio el cielo?
Es una apuesta técnica compleja, pero tremendamente evocadora. Porque al final, como dice Jesús, se trata de fotografiar lo que no se ve: el tiempo, el uso, la emoción que un espacio puede provocar.
Formación y futuro
Para quien quiera iniciarse, puedes pasarte por la Academia de Fotógrafos y ver sus contenidos. De verdad que es muy pero que muy profesional.
El consejo final
Si te interesa la fotografía de arquitectura, empieza por mirar más. Mira edificios, sí, pero también mira cómo se mueven las nubes sobre ellos. Cómo cambian con las estaciones. Qué huella deja el ser humano.
Y sobre todo, piensa tu fotografía como una narrativa. No dispares sin sentido. No llenes tu tarjeta de memoria con 1500 fotos. Si con 20 puedes contar una historia coherente, entonces habrás entendido de qué va esto.
Porque al final, como en toda buena fotografía, se trata de mirar… y hacer mirar.
Un abrazo fuerte y buenas fotos,
Mario Rubio
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La arquitectura también refleja identidad cultural. Fotografiarla es una forma de documentar cómo vivimos y construimos nuestro entorno.